Las almas puras que tienen malos pensamientos son las que están más cerca de Dios. El demonio las tienta para hacer que se rebelen en contra de Dios. Si caen, pierden Su Luz Bendita y ya no pueden Servirlo (ya no pueden darles Su pan y Su vino y el agua que da vida a sus hermanos, sanar a los enfermos en Su Santo Nombre y llenarlos de bendiciones). Pero si se mantienen firmes en la fe y perseveran en la gracia, producen muchos frutos de amor para Su Santa Gloria y Su Felicidad Bendita.
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