Estaba hablando con alguien y le dije que tenía un Trastorno Obsesivo Compulsivo. Me dijo que también tenía TOC; su obsesión era contar. Pero dijo que lo llamaba ROC, Regalo Obsesivo Compulsivo, porque hacía que su mente pensara de una manera que las personas “normales” no pueden, como un superpoder. Le dije que para mí era más como una maldición, porque me ha hecho sufrir mucho (mis enemigos hicieron que me enfermara intencionalmente para juzgarme y burlarse de mí, pero no le dije esto). Cuando nos despedimos, dije bromeando que pensaría en lo que había dicho, que el TOC era como un regalo, la próxima vez que tuviera que lavarme las manos. Pero, después de haber reflexionado sobre el tema, estuve de acuerdo con él, porque siempre debemos de estar agradecidos por todo el sufrimiento que Dios nos permite sufrir.
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