Reímos para No Llorar Un comediante no es necesariamente un artista enojado y deprimido. Al contrario, es saludable reírnos de nosotros mismos de vez en cuando y no tomar nuestros problemas demasiado en serio. Reímos para no llorar. “¿Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Por lo tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”. (Mt 6: 27, 34) Es un buen mecanismo de defensa cuando nuestros enemigos nos persiguen, difaman y tratan de asesinarnos. Cargamos con nuestra cruz, mientras soñamos con la felicidad bendita del Señor. El corazón de un comediante puede estar tan lleno de amor que tiene el poder de curar al mundo. El Problema de la Comedia El dramaturgo admira la humanidad y crea obras que dicen, en esencia: en las peores circunstancias, el espíritu humano es magnífico. La comedia señala que, en el mejor de los casos, los seres humanos encuentran la manera de equivocarse.
0 Comentarios
|
Pensamientos
|