Qué perdidos están. Me ven brillando con la luz bendita de Dios y no pueden ver la verdad. Son testigos de tantos milagros que Dios me regala en Su infinita misericordia, como estrellas en el cielo y como arena en el mar, y no se arrepienten de todos sus pecados.
Me llaman loco y defienden a mis enemigos que me hacen tanto daño. Yo no estoy loco, pero saben muy bien que por muchos años me han atacado para hacer que me enferme de la mente para no dejarme servir a Dios. Yo he luchado con todas mis fuerzas para poder cumplir con Su Santa Voluntad. Alégrense si el Señor los elige para Servirlo y el demonio los ataca con malos pensamientos, porque es una señal de que Dios los quiere muy cerca de El. Me juzgan porque les doy el pan y el vino de Dios a mis hijos y les llaman “pobres niños”. Pobres niños son los millones de inocentes que han muerto porque no me dejaban servir a Dios. Oren mucho a Dios por todos ellos. Les dije que oraran mucho a Dios para protegerse del demonio y que mis enemigos no pudieran engañarlos. Pero en vez de orar al Señor, muchos de ustedes se burlaron de mí porque siempre estoy orando a Dios. Dejaron que el demonio se robara las bendiciones de Dios que yo les daba para que fueran felices tan fácilmente. “La semilla es la palabra de Dios. Los que están junto al camino son los que oyen, pero luego viene el diablo y les quita la palabra del corazón, no sea que crean y se salven”. (Lc 8:11-12) Luchen por el amor de Dios.
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Junio 2023
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